Boletín español: el 01 de mayo de 2022

LA LUCHA POR LA VERDAD .

A medida que la cultura de guerra, ahora dirigida por Vladimir Putin y Joe Biden, sigue utilizando el control de la información y las mentiras descaradas como principales armas de su arsenal, la lucha por la verdad se vuelve cada vez más importante para la cultura de paz. Como dijo Gandhi, “La no violencia y la verdad son inseparables y se presuponen mutuas.” Él lo llamó “Satyagraha”. . . formado por dos palabras sánscritas “satya” (verdad) y “agraha”  (sostener firmemente o firmeza)”.

No es fácil y puede ser peligroso, como vemos en ejemplos recientes de quienes participan en esta lucha.

Julian Assange ha estado encarcelado durante muchos años y ha sido amenazado con ser extraditado a los Estados Unidos, donde podría ser encarcelado por el resto de su vida. En una carta dirigida este mes al presidente Biden y a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, más de 30 defensores progresistas, académicos y ex-jefes de estado argumentaron que deberían retirarse los cargos contra Assange. Estos cargos se derivan de su publicación de documentos clasificados que exponen los crímenes de guerra de Estados Unidos, incluidas imágenes de video de las fuerzas estadounidenses disparando a civiles en Irak.



Según un informe de Yahoo News, la CIA y altos funcionarios de la administración Trump discutieron cómo podrían asesinarlo.

Dmitry Muratov, quien recibió el Premio Nobel de la Paz el año pasado por su periodismo independiente y crítico hacia la política rusa, fue atacado recientemente por alguien que gritaba “Aquí están nuestros muchachos” (es decir, los soldados rusos). Quizá gracias a su fama alcanzada por el premio no fue asesinado como varios otros de sus compañeros periodistas. Aunque las autoridades rusas cerraron su periódico, Novaya Gazeta, hay planes para reabrirlo en el extranjero.

Glenn Greenwald es un periodista estadounidense que ha sido un defensor de la libertad de información durante casi 20 años, incluida la defensa de Edward Snowden y Julian Assange, así como la publicación de informes de investigación sobre la corrupción en Brasil y otros lugares. Un artículo publicado este mes por CPNN revisa la censura extrema que actualmente se está orquestando desde Washington y cómo ha limitado drásticamente la posibilidad de saber lo que realmente está pasando en la Federación Rusa y Ucrania. Él pregunta: “¿Por qué hay tanta urgencia en silenciar a los pequeños grupos de voces disidentes sobre la guerra en Ucrania?” Y responde: “La respuesta parece clara” y documenta los enormes contratos otorgados al complejo militar-industrial para expandir la guerra.

Como ejemplo de cómo la censura limita el conocimiento de lo que sucede en Rusia, el lector debe recordar la nota del editor al artículo de CPNN del 19 de enero de este año, antes de la invasión de Rusia Ucrania: “En las últimas semanas, el presidente ruso Putin ha propuesto nuevos tratados de paz entre Rusia y los Estados Unidos, y entre Rusia y la OTAN. Google enumera tal vez un centenar de artículos de noticias que mencionan las propuestas de Putin, pero en ninguno de los artículos se encuentra alguna referencia el texto real de las propuestas, ni al contexto e historia que involucra las garantías estadounidenses de que al final de la guerra fría la OTAN no se expandiría hacia Rusia. En cambio, los artículos buscados en Google apoyan las afirmaciones de Estados Unidos y de la OTAN respecto a que las propuestas de Putin ocultan una justificación para la invasión rusa de Ucrania. Finalmente, después de una larga y detallada investigación he encontrado el siguiente artículo (no indexado por Google) que enlaza con propuestas de tratados y contexto histórico. Aquí se muestra.

Sergey Aleksashenko, ex-vicegobernador del banco central ruso, ahora mantiene un blog disidente desde dentro de la Federación Rusa. Como se volvió a publicar en CPNN, documenta la censura que actualmente llevan acabo las autoridades rusas, que es tan extrema que a veces se vuelve ridícula. De alguna manera, a pesar de la censura rusa, continúa publicando blogs diarios sobre la situación allí.

Medea Benjamin y Nicholas Davies, de la organización pacifista estadounidense Codepink, no sólo condenan los crímenes de guerra cometidos por Rusia en Ucrania, sino más aún la larga lista de crímenes de guerra cometidos por el ejército estadounidense en los últimos años, como los cometidos en Raqqa, Siria y Mosul, Irak. “Estados Unidos y sus aliados han librado guerras país tras país durante décadas, destruyendo ciudades y pueblos en una escala mucho mayor que la que hasta ahora ha desfigurado a Ucrania”.

Marina Ovsyannikova es la periodista rusa que se atrevió a interrumpir un noticiero en vivo en el Canal Uno de televisión del estado ruso sosteniendo un cartel que decía “NO A LA GUERRA. Detengan la guerra”. CPNN publicó un enlace al video del evento en el que describe su motivación. Fue arrestada de inmediato y según un artículo más reciente en Haaretz “Un tribunal la multó con el equivalente a aproximadamente $ 270 dólares, pero todavía está acusada de violar una ley contra las “noticias falsas” que prohíbe nombrar como una guerra a la invasión rusa a Ucrania. Si se encuentra culpable, podría ser sentenciada a hasta por 15 años de prisión”.

Oliver Stone, el cineasta que se atrevió a desafiar a las autoridades estadounidenses con su película JFK sobre el asesinato del presidente Kennedy, acaba de estrenar una película sobre el golpe de estado en Ucrania en 2014 orquestado por el gobierno estadounidense, cuyo vicepresidente en ese tiempo era Joe Biden. Brinda evidencia clave de por qué los rusos invadieron, incluidos enlaces a la conversación entre el embajador de Estados Unidos en Ucrania y un alto funcionario del Departamento de Estado sobre cómo formar el nuevo gobierno en 2014, y una declaración de Vladimir Putin preguntando qué se puede hacer para detener las invasiones de la OTAN contra su país.

En CPNN, en las últimas semanas hemos publicado declaraciones y peticiones de cientos de miles de rusos que se oponen a la guerra, como se detalla en el boletín del mes pasado. Más recientemente, también publicamos un llamado de pacifistas ucranianos que se atreven a criticar a su propio país y a los rusos.

El Movimiento por la Paz de Ucrania escribe: “Condenamos las acciones militares de ambos lados, las hostilidades que dañan a los civiles. Insistimos en que cesen todos los tiroteos, que todas las partes honren la memoria de los asesinados y, después del debido duelo, se comprometan con calma y honestidad a las conversaciones de paz… La guerra es un crimen contra la humanidad. Por lo tanto, estamos decididos a no apoyar ningún tipo de guerra y esforzarnos por eliminar todas las causas de la guerra.”

Finalmente, pasamos a la censura de China.

Como se volvió a publicar en CPNN, “a los profesores chinos se les ha impedido expresar sus puntos de vista y son reacios a contradecir la línea oficial del Partido Comunista sobre las relaciones internacionales y los eventos políticos. Sin embargo, un grupo de cinco destacados profesores de historia de las principales universidades chinas estaban preparados para ir en contra la narrativa oficial en una carta conjunta que condena la invasión de Ucrania”.

“La carta, firmada por Sun Jiang de la Universidad de Nanjing, Wang Lixin de la Universidad de Pekín, Xu Guoqi de la Universidad de Hong Kong, Zhong Weimin de la Universidad de Tsinghua y Chen Yan de la Universidad de Fudan, describe la invasión rusa como una ‘guerra que comenzó en la oscuridad’, y por el fin inmediato de los combates… La carta fue inmediatamente retirada cuando apareció el 26 de febrero en la plataforma de redes sociales WeChat, pero no antes de que fuera vista y comentada – incluyendo ataques a los profesores en las redes sociales de China en donde algunos los llamaron espías o traidores”.