Colombia: El desafío de la Paz Territorial

. . PARTICIPACIÓN DEMOCRATICA . .

Un artículo de Antonio Madariaga Reales, Director Ejecutivo, Corporación Viva la Ciudadanía

La esperanza vuelve, disminuye la incertidumbre y la construcción de paz se hace posible. Ese es el primer resultado de la agitada semana en que se refrendó en agotadoras sesiones parlamentarias, el martes en el Senado y el miércoles en la Cámara el Acuerdo Final, se inició el jueves el proceso que deberá llevar al traslado a las zonas veredales y puntos de Normalización por parte de los miembros de las Farc-EP y en ellas la dejación de armas, llamado el día D y el día viernes se instaló la Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación de la Implementación del Acuerdo.

Lo que queda claro entonces es que toca pensar de manera muy rápida la forma más democrática y eficiente de implementar los acuerdos y lo primero que aparece en el horizonte es la necesidad de pensarlo en lógica de paz Territorial, lo que no es ni más ni menos que darle contenido a esa expresión, acuñada por Sergio Jaramillo y hoy lugar común en el debate de la paz.

Volvemos sobre la esencia de la implementación que no es ni más ni menos que el diseño, puesta en marcha y seguimiento de políticas públicas, con participación ciudadana. Significa en consecuencia garantizar una normatividad con enfoque de derechos, una institucionalidad para ejecutar la política, unos planes y presupuestos para desarrollarla y transparencia lo que implica –por supuesto- veeduría y control social.

Se trata de poner eso en concreto. Si se cruzan las categorías de priorización utilizadas por la Fundación Pares, (Infraestructura local: vías terciarías y navegabilidad fluvial). Alumbrado 24 horas y obras de alcantarillado y acueductos, respuesta inmediata en temas de administración de justicia local y seguridad rural, proyectos alternativos que permitan el control y mitigación de los efectos de las economías ilegales, seguridad física y garantía de participación para defensores de derechos humanos y líderes sociales locales y acciones adicionales que se enfoquen en las Necesidades Básicas Insatisfechas o NBI y las de Naciones Unidas (Presencia de las Farc-EP, acciones armadas con participación de las Farc-EP, desarrollo y pobreza, necesidades humanitarias y capacidades locales para atenderlas), y se le agregan los municipios donde habrá Zonas Veredales y Puntos Transitorios de Normalización, esas tres categorías cruzadas, nos arrojan la cifra de 297 municipios que serían los que deberían priorizarse y que se encuentran en, asómbrense, 25 de los 32 departamentos. Aquí la pregunta es ¿cómo tener políticas nacionales, que reconozcan y permitan la diversidad regional, pero sobre todo que sean construidas desde los territorios?

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What is happening in Colombia, Is peace possible?

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Para lo anterior resulta indispensable hacer un mapeo y una convocatoria a todos los actores relevantes del territorio, desde una institucionalidad estatal central transparente y eficiente que desarrolle acciones dirigidas a la apropiación de los acuerdos por parte de esos actores, lo que no sólo incluye difusión y pedagogía y a que identifiquen cómo se ven interpelados por los acuerdos, y a partir de ello su lugar y propuestas en el proceso de implementación. En este sentido, cuanta falta hace que el gobierno nacional y el presidente en particular tomen la decisión de entregar a la ciudadanía, en una gira por todo el país, el Nuevo Acuerdo. No puede ser interpretado el acto del Teatro Colón como un paso con la suficiente legitimidad.

Este proceso debe estar acompañado de un pacto de transparencia que implique el establecimiento de reglas que la hagan posible y veeduría ciudadana. Este por ejemplo ha sido uno de los elementos más reclamados por diversos grupos de jóvenes que se han movilizado recientemente en defensa de la paz.

A su vez será necesario adecuar la estructura institucional existente para incorporar de manera razonada y razonable, la planeación y presupuestación participativa como método al quehacer de esos municipios y los resultados de esos ejercicios en los planes ya existentes.

Si a ello se le suma una batería de indicadores de Goce Efectivo de Derechos, como los desarrollados por la Corte Constitucional a partir de la sentencia T-025, tendremos un conjunto poderoso de herramientas institucionales y sociales para la implementación.

De otro lado habrá necesidad de cualificar y extender la participación ciudadana. Como decíamos en una aproximación anterior a este tema, si de lo que se trata es de construir y/o fortalecer Estado Social y Democrático en todos los niveles de la vida nacional y hasta el último rincón del territorio esto implica necesariamente y como contrapeso, una sociedad civil fuerte, con altos niveles de organización y con interés por lo público, es decir, una ciudadanía activa.

No hay que llamarse a engaños, todo lo anterior será flor de un día si a este proceso no se le agrega la comprensión de que la intención declarada del Centro Democrático es tener mayorías suficientes en el Congreso y en departamentos y municipios, así como obtener la presidencia en 2018, para echar atrás todo lo ganado en el proceso de paz y que por tanto será necesario defender, también en las urnas la Paz de Colombia.

(Gracias a Amada Benavides, el reportero de cpnn para este artículo)