. . PARTICIPACIÓN DEMOCRATICA . .
Un artículo de La Prensa Grafica (reimpreso solo para fines no comerciales)
Roberto Rubio, el director ejecutivo de la Fundación Nacional para el Desarrollo (FUNDE), lanzó el reto: “Los invitamos a empezar a cambiar el país. Ni más ni menos”. Y eso implica, aseguró, imaginar “un país en paz”. Ese es el concepto que está detrás de la campaña ciudadana “Préstale tu voz a SAL”, que FUNDE realiza con el apoyo de la Seattle Foundation y en alianza con la red Espacio Ciudadano. A ellos se suman las embajadas de Estados Unidos de América (EUA) y de Colombia.
“Los pequeños pasos importan. El cambio a gran escala comienza con el compromiso individual”, señaló la representante diplomática estadounidense, Jean Manes, durante el lanzamiento de la iniciativa, el miércoles en la noche.
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How can culture of peace be developed at the municipal level?
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Por parte de Colombia, el embajador Julio Aníbal Riaño señaló que el gran ejemplo es la ciudad de Medellín, que pasó de ser el rostro sufrido por el narcoterrorismo a un modelo de convivencia.
“La mayor fortaleza de Medellín es su gente”, apuntó el diplomático, en referencia a la “reingeniería social” que ejecutó en la ciudad el alcalde Federico Gutiérrez.
La seguridad, indicó el alcalde a través de un video que se transmitió durante el lanzamiento de la campaña ciudadana, “no es ni de izquierda ni de derecha”, sino una responsabilidad de todos.
De acuerdo con Rubio, “Préstale tu voz a SAL” es parte del movimiento “Somos Paz”, que busca fomentar la cultura de paz en El Salvador a través de todas las actividades cotidianas.
Se trata, explicó, de cambiar la impunidad en todo nivel de la sociedad.
Manes señaló que Chattanooga (Estados Unidos) pasó de ser, en un lapso de 20 años, “la ciudad más sucia de América” a recibir el reconocimiento de Naciones Unidas por haber ejecutado una transformación total.
Además, 10 años más tarde, ese modelo hizo crecer económicamente a esta población estadounidense.
Solo se logró, apuntó Manes, cuando ciudadanos, ONG y empresarios se embargaron en un proyecto compartido.