Cherán, resistencia y lucha de una comunidad indígena en México. 5 años de un gobierno autónomo.

TOLERANCIA E SOLIDARIDAD .

Un artículo de Alejandra González Hernández y Víctor Alfonzo Zertuche Cobos para democraciaAbierta (Abbreviado)

La lucha de Cherán, es uno de los movimientos sociales emergentes más importantes de los últimos años en México, tanto por su grado de visibilidad, resistencia y lucha, como por la alternativa política, económica, social y cultural que la comunidad está construyendo y reconstruyendo. Es un movimiento vivo, con sus fogatas aun encendidas, sigue luchando y resistiendo. Es un ejemplo de organización política y de democracia participativa e incluyente, su experiencia está inspirando a otras comunidades indígenas de todo México, que buscan el respeto de sus derechos, territorio, instituciones y cultura.


Evento de toma de protesta del 2do Concejo Mayor de Gobierno Comunal.. Foto del autor

San Francisco Cherán, es una comunidad indígena del pueblo Purépecha que se encuentra en el estado de Michoacán, México. Históricamente ha sido una de las comunidades más importantes tanto en el ámbito político como económico, por su ubicación geográfica dentro de la meseta purépecha. Cuenta con una extensión territorial de 221,000 kilómetros cuadrados y una población de 14,245 habitantes, por lo que es la comunidad purépecha más grande en cuanto a territorio, originalmente tenía poco más de 27,000 hectáreas de bosque, principalmente encino, pino y oyamel; su principal actividad económica es la agricultura, una segunda actividad es la ganadería y comercialización de frutos de la región y la elaboración de productos de madera y corcho.

Es la única comunidad purépecha, que al mismo tiempo es cabecera municipal, dividido en cuatro barrios y habitado principalmente por indígenas purépechas, cultura que busca conservar su identidad y rasgos culturales, los cuales están íntimamente ligados a preocupaciones en torno a la fertilidad de la tierra y el cuidado de los recursos.

La comunidad de Cherán ocupa éste territorio desde antes de la colonización, conservando así sus propias instituciones para organizarse tanto en el ámbito político, cultural, económico y social, las cuales se han reflejado en la dinámica social, pues han convivido desde siempre con prácticas propias y con el derecho nacional después de la independencia de México; es decir, su estructura ha sido dual.

Sin embargo, en los últimos años particularmente entre 2008 y 2011, dicha comunidad vivió uno de los peores escenarios de “crisis” por la inseguridad y violencia que inundó a toda la población, derivado de la complicidad del crimen organizado con las autoridades principalmente del orden municipal, para talar clandestinamente los bosques dentro del territorio comunal de Cherán y “extorsionar, amenazar, secuestrar y asesinar a los comuneros”, actividad que realizaban descaradamente a plena luz del día. Se suma a lo anterior, la división interna que existía entre los comuneros por la última elección vía partidos políticos en 2008.

Ante la omisión y desinterés en 2011 por parte de las autoridades estales y federales para atender el problema de inseguridad y violencia que vivía la comunidad, así como para salvaguardar el patrimonio de los comuneros (territorio, bosques y agua), la comunidad purépecha de Cherán dio un giro completo ante dicha problemática.

Inicio del movimiento

En la madrugada del 15 de abril de 2011, surgió el movimiento de la comunidad indígena de Cherán. Quienes protagonizaron e iniciaron un movimiento de lucha y resistencia, fueron principalmente las comuneras quienes “hicieron frente a los talamontes” y “posteriormente se les sumaron los comuneros”, las comuneras salían de misa de una iglesia conocida como el “calvario”, cuando se percataron que los talamontes venían bajando del cerro con varias camionetas cargadas con madera, por lo que no pudieron resistir y repicaron las campanas del calvario para hacer un llamado de auxilio a toda la población y retener a los “delincuentes”.

Así inicio la resistencia de la comunidad purépecha de Cherán, que tras el repique de campanas, mujeres y hombres, niños y adultos se concentraron en el calvario para defender la vida, la seguridad, el territorio, los bosques y la dignidad de la comunidad. Sin importar filiación política, creencia o religión, todos los cheranénses se unieron ese 15 de abril sin pensar a donde los llevaría su insurrección.

Los comuneros a partir de ese día decidieron organizarse bajo un esquema propio, ahuyentando al crimen organizado y tras la expulsión de sus autoridades municipales, una “estructura organizativa” (integrada por una coordinación general y 12 comisiones) tomó el control de toda la comunidad a través de la conformación de barricadas en todos los accesos al interior y el encendido de “fogatas” (fuego con leña en cada esquina de las calles de la comunidad, como puestos de guardia para que los comuneros se pudieran defender y cuidarse entre ellos) en los cuatro barrios, como símbolo de defensa y resistencia, lanzando un grito de “ya basta”, para liberarse del crimen organizado y de las autoridades corruptas, defender sus recursos naturales, conservarlos como patrimonio y como un bien sagrado de la comunidad, bajo la consigna “por la defensa de nuestros bosques, por la seguridad de nuestros comuneros”.

En ese momento también se hace visible la problemática de Cherán ante los ojos de varios sectores sociales, por el cúmulo de acontecimientos y porque diversas comunidades indígenas en México sufrían de una problemática similar en muchos aspectos, desde la devastación de los recursos naturales, la violación de los derechos humanos y la exclusión social, entre otros, agravada por la intervención del crimen organizado y la falta de acciones tendientes a contrarrestar esta situación por parte de las autoridades.

Desde los espacios conocidos como “fogatas” –más de 200 y de las cuales varias de ellas se mantienen activas- y la “estructura organizativa”, los comuneros empezaron a discutir, reflexionar y crear un proyecto alternativo ante el fenómeno que estaban viviendo, identificaron que los partidos políticos no garantizaban la seguridad y la continuidad cultural de Cherán. Por lo que en vista de que era año electoral en la provincia de Michoacán, para renovar al gobernador, legisladores y presidentes municipales, la comunidad a través de su asamblea general el 1° de junio de 2011 decidió no participar en dichas elecciones y tampoco permitir la instalación de casillas, sino ejercer su derecho para nombrar a sus autoridades a través de sus propios sistemas normativos, denominados “usos y costumbres”.

Luego de la decisión de Cherán de avanzar por el camino de la autonomía y la libre determinación -derechos que ya estaban reconocidos tanto en los tratados internacionales como en el ordenamiento jurídico nacional- y eliminar la vía del sistema de partidos políticos, con la consigna de “no más partidos políticos en la comunidad”, solicitaron al órgano electoral de Michoacán (IEM), para que éste organizara el nombramiento de las nuevas autoridades municipales de la comunidad bajo el sistema tradicional de “usos y costumbres”.

Desde luego que las autoridades del Estado trataron de frenar el movimiento de Cherán, por lo que el IEM en septiembre de 2011 emitió una respuesta negativa, declarando que no tenía facultades para autorizar dicha modalidad de elección. Hasta ese momento, las estrategias del movimiento se sustentaban tanto en la movilización social como política, pero a partir de esa decisión del IEM, el movimiento de resistencia adoptó otra estrategia de lucha para su proyecto alternativo, sin abandonar las otras.

Estrategia legal del movimiento

Cherán decidió movilizar el derecho como estrategia política y jurídica. Usaron el derecho estatal (y hegemónico) en un “sentido contra-hegemónico” para materializar su lucha por la libre determinación y formar un autogobierno. Ante la respuesta del IEM, la comunidad decidió judicializar su derecho a la “autonomía y libre determinación”. Demandaron ante los tribunales el derecho a elegir a sus propias autoridades bajo el sistema de “usos y costumbres”, a través de un “Juicio para la Protección de los Derechos Político-Electorales del Ciudadano” ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

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Question for discussion

The understanding of indigenous peoples, Can it help us cultivate a culture of peace?

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Dos meses después, el 2 de noviembre de 2011, la Sala Superior del TEPJF dictó su fallo a favor de la comunidad indígena de Cherán, reconociendo que efectivamente Cherán contaba con el derecho a solicitar la elección de sus propias autoridades por medio de sus “usos y costumbres” y ordenó al IEM a organizar dicha elección, previa consulta libre e informada a toda la comunidad.

Bajo ese triunfo de uso contra-hegemónico del derecho estatal, se llevó a cabo en acato a la sentencia del TEPJF el ejercicio del derecho a la “consulta libre, previa e informada”, para que la comunidad decidiera si quería nombrar a sus nuevas autoridades a través de sus “usos y costumbres” o no, resultado positiva dicha consulta. De esa manera, en enero de 2012 se realizó la elección, democrática en lato sensu, dando lugar a la constitución de una nueva figura de gobierno, el primer gobierno municipal indígena, denominado “Concejo Mayor de Gobierno Comunal”, integrado por 12 “K’eris” (mayores) entre comuneros y comuneras, tres por cada uno de los cuatro barrios, sin ninguna jerarquía entre ellos, es decir, todos ocupan la misma posición dentro del gobierno comunal, nombrados por un periodo de tres años 2012-2015.

Dicho proceso para nombrar a las “nuevas” autoridades de Cherán, tiene la característica principal de que por primera vez en México, se llevó a cabo una elección por “usos y costumbres” organizada por el IEM y por la propia comunidad, respetando sus propios procedimientos, a través de una especie de ritual, sin urnas y sin partidos políticos. Lo anterior, es distinto al modelo oaxaqueño de “usos y costumbres”, porque ese sistema solamente cumple una función procedimental en la elección de sus autoridades; en el caso de Cherán, hay una “transformación en la estructura, lógica y relaciones del gobierno municipal”, al desaparecer la figura jerárquica entre “presidente, síndico y regidores”, y transformarse en un cuerpo colegiado de gobierno.

El nuevo gobierno comunal

La sede del ayuntamiento o palacio municipal fue transformado en “Casa Comunal de Gobierno”; los policías fueron relevados por una “ronda comunitaria”; el presidente municipal, síndico y regidores por un “Concejo Mayor de Gobierno Comunal”; asimismo, se constituyeron “concejos operativos” y “comisiones” de asuntos civiles, desarrollo social, procuración y conciliación de justicia, educación, cultura, salud, identidad, fogatas, agua, limpieza y una de jóvenes, todas ellas conscientes de que la autoridad máxima es la “Asamblea General” integrada por todos los habitantes de Cherán.

De abril de 2011 a febrero de 2012, el movimiento social de Cherán había avanzado considerablemente, tanto en el ámbito político como en el jurídico, luego de ganar el juicio para elegir a sus propias autoridades desde el ejercicio de su derecho a la libre determinación, con lo cual le permitió de entrada establecer una base –el gobierno comunal- para la continuación del movimiento, pues con ello, quedaba claro que el camino o proyecto de la autonomía estaba echado a andar, pero no terminaba con dicha figura de gobierno, sino que el trayecto iba mucho más allá de tener un gobierno bajo el sistema de “usos y costumbres”.

Otras luchas legales del movimiento y el segundo Concejo

En 2012, poco después de haber nombrado al primer Concejo Mayor y ya en calidad de autoridades de Cherán, la comunidad volvió acudir a los tribunales a interponer un nuevo juicio, esta vez ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), en contra del Gobernador y del Congreso del Estado de Michoacán, porque habían reformado la Constitución Política de la entidad en materia de derechos indígenas, sin haber consultado a la comunidad de Cherán, pasando por alto otro de los derechos medulares de los pueblos y comunidades indígenas.

La SCJN resolvió en 2014 dicho juicio, en donde se reconoció en primer término el carácter dual de Cherán, como municipio y como comunidad indígena, por lo que en esa calidad de “municipio indígena”, tiene que ser consultado en todos los temas y medidas legislativas y administrativas que le interese o afecte como comunidad y como municipio indígena.

Los juicios interpuestos por Cherán y resueltos por los dos máximos tribunales en México, son un gran logro. Sin embargo, a pesar de esas conquistas judiciales ante los tribunales quienes han ratificado los derechos indígenas de la comunidad, los legisladores de Michoacán se niegan a modificar las leyes en materia orgánica municipal para reconocer a las autoridades tradicionales del municipio indígena de Cherán, sucede lo mismo en materia electoral para reconocer las elecciones y autoridades por “usos y costumbres”, y en otras leyes en materia indígena.

Bajo este contexto de poca voluntad política por parte del Estado, Cherán continuó resistiendo a través de la organización comunal en sus fogatas, sus asambleas de barrio y su asamblea general, involucrándose en las decisiones de su comunidad y respaldando a sus autoridades. En éste escenario, en 2014 Cherán volvió a enfrentar al Poder Legislativo, recordándole los derechos que se habían ganado ante los tribunales, bajo ese posicionamiento se logró incorporar el tema de elecciones por “usos y costumbres” en la Ley Electoral tras el intento de aprobarla sin contemplar dicho tema.

Un último tema sobre la lucha de Cherán, es que en 2015 logró posicionar en una ley estatal “la consulta previa, libre e informada”, ante el intento del Congreso del Estado para aprobar la Ley de Mecanismos de Participación Ciudadana, sin reconocer el derecho a la consulta de los pueblos y comunidades indígenas, mecanismo que permite a las comunidades participar en la toma de decisiones a través de sus procedimientos tradicionales. Cherán se posicionó y consiguió que la consulta tenga “carácter vinculante”, con lo cual se abrió una puerta a todas las comunidades indígenas de Michoacán para que su voz tenga fuerza en la toma de decisiones.

En ese mismo año (2015), se nombró al segundo Concejo Mayor de Gobierno Comunal, la decisión de la comunidad fue continuar con el proyecto de autonomía, libre determinación y autogobierno. En ese proceso, los partidos políticos intentaron inmiscuirse en el proceso de renovación del segundo Concejo, sin lograr su cometido y luego de una batalla en el campo jurídico ante tribunales, Cherán llegó más fortalecido al segundo nombramiento de sus autoridades. El 1° de septiembre de 2015 tomó posesión el segundo Concejo de Gobierno Comunal.

A 5 años de resistencia y lucha

El 15 de abril de 2016, Cherán celebró su 5º aniversario del inicio del movimiento, en un evento enmarcado por un ambiente cultural y de dialogo a través de foros y conversatorios sobre temas como: despojo y guerra contra los pueblos, mujeres y territorio, autonomía, educación para la defensa del territorio, etcétera; cerrando con un evento en la plaza principal de la comunidad, en donde los cheranénses recordaron el camino difícil que les ha tocado recorrer, el miedo vivido por la inseguridad, la impotencia de ver como devastaban sus bosques, recordando a sus desaparecidos, a sus muertos; pero también, recordando cual es la finalidad de su lucha, un movimiento “por la justicia, la seguridad y la reconstitución de su territorio”.

Construir y reconstruir un estilo de vida basado en un gobierno comunal a través de sus “usos y costumbres”, ha sido la tarea mayor de estos cinco años. El camino no se ha presentado fácil, la comunidad sigue enfrentándose con una lista amplia de enemigos sistemáticos como, la burocracia administrativa, los partidos políticos, el crimen organizado y la resistencia estatal de no querer reconocer los derechos de las comunidades indígenas y obstaculizar en todo momento los logros de la comunidad.

La movilización política y jurídica ha sido una de las estrategias más importantes dentro del movimiento desde 2011 hasta la fecha. En ese sentido, vale la pena hacer referencia a Emancipaciones. Colectivo de Estudios Críticos del Derecho y las Humanidades, el cual está integrado por un grupo de jóvenes investigadores quienes compartimos una “posición política comprometida con movimientos sociales progresistas y desde el acompañamiento judicial de procesos sociales en donde la defensa de los derechos humanos sea relevante”, como es el caso de las luchas de las comunidades y pueblos indígenas.

Así, desde 2011 el Colectivo Emancipaciones se involucró en el acompañamiento judicial de la comunidad indígena de Cherán, acompañamiento que subsiste hasta la fecha, sin que éste reciba retribución alguna por el trabajo con la comunidad. Así mismo, Emancipaciones viene acompañando a otras comunidades indígenas del estado de Michoacán bajo la misma lógica de trabajo.

(Gracias a Janet Hudgins, el reportero de CPNN para este artículo)