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Semana por la paz en Colombia
an article by Amada Benavides de Pérez, Presidenta Fundación Escuelas de Paz, Participación en el Maratón Legislativa por la Paz, Congreso de la República, Septiembre 10 de 2014
Video: Fundación Escuelas de Paz
Desde hace 27 años en forma ininterrumpida, en la primera semana
del mes de septiembre, se ha celebrado la Semana por La Paz. En
ella, numerosas organizaciones de la sociedad civil, de muy
diversos sectores, nos hemos reunido bajo el liderazgo del
Programa por la Paz de la Compañía de Jesús, REDEPAZ y el
Secretariado Nacional de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal,
para abordar la temática de la construcción de culturas de paz. La
convocatoria se ha hecho año a año, sistemáticamente, algunas
veces con mayor o menor éxito, pero persistiendo en la idea, que la
paz no es solo el cese de las armas, sino que debe abordar
elementos estructurales y culturales que han hecho perpetuar las
diversas formas de violencia que aquejan nuestro país. 
Imagen para vídeo por Fundación Escuelas de Paz
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También ha sido la Semana por la Paz un escenario que hace
visibles las múltiples iniciativas que calladamente circulan a lo largo
y ancho del país y que esperan ansiosas la reunión anual para darse
a conocer y tejer redes con otras organizaciones, que como ellas,
hacen las cosas desde el día a día, desde la gente de a pie, que no
tienen los micrófonos de los medios de comunicación, ni los
recursos para darse a conocer, pero que pese a ello, persisten y se
resisten a desaparecer.
Este año, hay un escenario propicio para la Semana por la Paz, que
ha hecho que se multipliquen y florezcan actividades que podemos
ver tanto en los medios de comunicación, los espacios políticos,
incluyendo esta sesión parlamentaria, y sectores de la empresa
privada. Para quienes hemos vivido las diversas etapas de ascensos
y descensos de la Semana por la Paz, es muy complaciente
evidenciar este contexto, que debe nutrirse de contenidos, acciones
y transformaciones que van desde apuestas individuales a las
colectivas, sociales, políticas y económicas, culturales, artísticas,
deportivas, por nombrar solo unos sectores.
No habrá paz sin educación para la paz, es el lema de la
organización internacional Llamado de la Haya por la Paz, lema que
queremos compartir hoy con ustedes. La construcción de culturas
de paz tiene múltiples espacios de gestión, pero sin duda es la
educación para la paz el vehículo más expedito para lograrla. Nos
complace que para este propósito haya unidas voluntades y
consensos. Por primera vez en la historia el tema de educación para
la paz estuvo presente en la posesión del segundo mandato del
presidente Santos, con las palabras del presidente del Congreso,
Señor José David Name. Cito sus palabras: “esta nueva concepción
de la educación debe servir y estar orientada hacia la paz… Educar
para la paz es una forma de educar en valores. La educación para la
paz lleva implícitos otros valores como: justicia, democracia,
solidaridad, tolerancia, convivencia, respeto, cooperación,
autonomía, racionalidad, amor a la verdad”, a lo que yo me
permitiría agregar: El perdón. En Colombia, la educación para la Paz
debe llevar implícito el perdón y la reconciliación.” También la
educación fue identificada como uno de los ejes centrales del
segundo mandato del presidente Santos.
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A nivel legislativo la aprobación de la ley 1620 de 2013 que crea el Sistema Nacional de Convivencia Escolar; el amplio debate en torno al futuro de la educación en el país a partir de las movilizaciones de docentes y estudiantes, el movimiento de jóvenes por la educación, y la apertura del debate nacional por la reconciliación nacional en la emergencia del postconflicto, nos ubican en un contexto propicio para el desarrollo de la educación para la paz como un campo disciplinar que cuenta con pedagogías, metodologías y didácticas especializadas.
La educación para la paz es una herramienta para avanzar en la construcción de una cultura de paz, cuyo objetivo es transformar la cultura basada en la violencia por la cultura de paz. Es parte de un movimiento mundial impulsado por la UNESCO desde 1986 con la Declaración de Sevilla y la Conferencia de Yamasukro; definida por el Manifiesto 2000, que inauguraba el nuevo milenio con ocho apuestas específicas para la construcción de culturas de paz y avalada por las resoluciones A/53/243 del 6 de octubre de 1999de la Asamblea General de Naciones Unidas y 2000/66 de la
antigua Comisión de Derechos Humanos.
La Fundación Escuelas de Paz, al igual que otras numerosas organizaciones no gubernamentales e instituciones universitarias, venimos trabajando desde hace más de una década en la construcción de esta apuestas pedagógicas novedosas y alternativas, que parten de las pedagogías populares, el arte, los deportes y la cultura, para apoyar a diversos grupos poblaciones en la búsqueda de sus proyectos de vida individuales y comunitarios y la construcción de nuevas subjetividades políticas que construyan cultura de paz.
En este sentido, la educación para la paz se trabaja no solo en escenarios de educación formal, sino en múltiples espacios educativos: no formales e informales, y no solo con niños, niñas, adolescentes y jóvenes, sino con todo tipo de población desde dirigentes políticos hasta comunidades de base.
A nivel nacional e internacional hay múltiples avances conceptuales, prácticos y de experiencias exitosas en este tema. Bienvenida la hora de abrirlos decididamente en Colombia, gracias a la coyuntura política que se presenta, pero fundamentalmente,porque después de más de 60 años de violencia, ampliamente arraigada en nuestra cultura, es el momento propicio para el desarrollo y avance de las culturas de paz que se vienen gestando silenciosamente desde los escenarios más recónditos de nuestro país.
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