Estimados lectores y reporteros de CPNN,
El 2 de abril, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el Tratado de Comercio de Armas, un primer paso histórico hacia un control mundial.
Uno de los jóvenes que participo en el esfuerzo para aprobar el tratado, Meg Villanueva, dijo a CPNN "lo que el Tradado significa para una persona joven", y la Amnistía Internacional describe el largo proceso que se llevó a cabo pare su adopción.
Una gran parte del mundo ha seguido esta noticia con gran interés, a excepción de los norteamericanos, que se quedaron en la ignorancia, porque el debate y la votación no fueron cubiertos por los medios de comunicación.
Como se destaca en todos estos artículos, el Tratado es sólo un primer paso. Más progreso va a requerir la ratificación por los Estados Miembros, así como el desarrollo de los medios para aplicar sus disposiciones. Recordamos que han pasado 20 años desde la adopción de la historica Declaración Universal de Derechos Humanos antes de que la Comisión de las Naciones Unidas pueda investigar y elaborar informes sobre violaciónes de derechos humanos.
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Sin mucha publicidad, el más exitoso de los recientes esfuerzos de desarme sigue avanzando: la prohibición de las minas terrestres y las bombas en racimo, gracias al continuo liderazgo de la sociedad civil.
Mientras tanto, la carrera mundial de armas continúa. El informe anual del Instituto de Investigación de Paz de Estocolmo muestra que el gasto militar mundial ha disminuido un poco debido a la crisis económica mundial, pero que el gasto por parte de China y Rusia es cada vez mayor.
A pesar de los esfuerzos de la sociedad civil, la carrera de armas nucleares continúa, y la proliferación de armas pequeñas sigue matando. En los Estados Unidos, a pesar de los esfuerzos de los activistas como Michael Moore y los sindicatos de profesores, hay frecuentes muertes a causa de armas automáticas.
