. DERECHOS HUMANOS .
Un artículo del Espectador
La Comisión de la Verdad, que nació a partir del acuerdo de paz entre el Estado colombiano y la guerrilla de las Farc, empieza su mandato este jueves [29 de noviembre] para esclarecer lo ocurrido durante medio siglo de conflicto armado.
Con una ceremonia simbólica,realizada en Corferias de Bogotá, este jueves empezará el día cero de esta entidad extrajudicial, que, durante tres años, tendrá el desafío de escuchar, comprender e interpretar distintas las voces de los actores del conflicto armado.
Su misión: construir un informe final que establezca patrones de violencia y hechos victimizantes. En palabras del padre Francisco de Roux, presidente Comisión de la Verdad, a partir de este día se inicia un camino que busca la reconciliación y que contribuya a la no repetición de lo ocurrido.
“Esperamos que podamos contribuir a que Colombia se ponga en un camino sincero, transparente, de buscar la verdad, que es un bien público y es la responsabilidad de todos nosotros en Colombia. Esperamos contribuir a eso a fondo con nuestro esfuerzo de comunicación y pedagogía, con las Casas de la Verdad que estamos empezando a abrir en distintas regiones en forma de equipo móvil con las comunidades”, aseguró en entrevista con el capítulo Justicia para la Paz de Colombia2020.
Serán once comisionados de la verdad -acompañados por un equipo interdisciplinario- que estarán en nueve regiones del país y a través de grupos móviles recogerán testimonios de todos los sectores que de manera voluntaria aportarán información sobre los hechos más graves del conflicto.
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Truth Commissions, Do they improve human rights?
What is happening in Colombia, Is peace possible?
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“Esta división del país, y la ubicación de las 26 casas de la verdad, son producto de los seis meses de alistamiento que lleva la Comisión. En este tiempo también definieron unos patrones de victimización que piensan estudiar, por ejemplo, la tortura, el desplazamiento forzado, la violencia sexual, etc”, indicó el comisionado de la Verdad Saúl Franco.
Además de las organizaciones de víctimas, a la Comisión se han acercado integrantes de las Fuerzas Militares, miembros de las antiguas Farc y paramilitares. No obstante, como lo reconoció De Roux, con el sector político no han tenido mayores acercamientos. El expresidente Ernesto Samper -reveló- ha sido uno de los pocos que ha expresado su intención de dar su testimonio ante la Comisión de la Verdad.
Cabe recordar que la comisión de la verdad es una entidad extrajudicial que no hará juicios ni endilgará responsabilidades individuales. “Hay que advertir que llegar a la Comisión tiene una ventaja: nosotros no somos jueces, no vamos a castigar a nadie. Vamos a proteger los testimonios que recibimos. Los tenemos que utilizar para hacer interpretación de lo que nos aconteció, a menos de que la persona que lo traiga diga: ‘yo quiero dar este testimonio en público, porque quiero contribuir en una incidencia pública a la transformación del país’”, agregó De Roux.
Para Juan Carlos Ospina, coordinador de Incidencia de la Comisión Colombiana de Juristas, los retos de la comisión pueden resumirse en tres puntos: primero, organizar su labor para atender el conocimiento del conflicto armado, que es tan extenso y complejo, en sólo tres años; segundo, permitir la más amplia participación de las víctimas y de la ciudadanía, y manejar las expectativas adecuadamente (con publicidad y transparencia) sobre su labor. Tercero, generar confianza a partir de esa apertura. Escuchar a todos los actores del conflicto y generar condiciones para la construcción de cultura de paz (respeto, convivencia, reconciliación, corresponsabilidad y no repetición) a partir de su labor. Cuarto, realizar su labor no a pesar sino con ocasión (utilizando inteligentemente la complejidad) del escenario adverso para la paz creado por con ocasión del cambio de gobierno y de congreso.
Finalmente, otro de los desafíos de la Comisión consiste en enfrentar las resistencias de los sectores que cuestionan su posturas y su idoneidad. La polifonía de las voces y un relato incluyente, como los comisionados lo afirman, será determinante para su legitimidad.