América Latina escucha el llamado de los refugiados

. . TOLERANCIA E SOLIDARIDAD ..

Un artículo de Laura Bécquer Paseiro, Granma

Pese a las diferencias culturales, re­ligiosas e idiomáticas, América Latina ofreció una pronta respuesta a la crisis de refugiados desatada por guerras en el Medio Oriente y el Norte de África, específicamente el conflicto que vive Siria desde el 2011.

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Foto: AFP

La inestable situación en la nación árabe provocó el desplazamiento de al menos cuatro millones de personas que escaparon de la violencia. Dicha crisis es la peor desde la Segunda Guerra Mundial y afecta a Europa en gran medida.

Según la Organización Inter­nacio­nal para las Migraciones, más de 350 000 personas cruzaron el Medi­terrá­neo para llegar al Viejo Con­tinente. Mientras la Unión Europea debate có­mo repartirse a los inmigrantes, es­tas personas encontraron en el otro lado del Atlántico una nueva oportunidad.

Países como Brasil, Argentina, Uru­guay y Chile tienen programas para recibir a los refugiados. Cerca de 6 000 sirios se encuentran repartidos entre Brasilia, Buenos Aires y Montevideo.

En el 2014 el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Re­fu­gia­dos (Acnur) llamó a varias naciones a ampliar sus políticas de concesión de asilo.

Oportunidades de empleo, acceso a la salud y educación sin muchas trabas son solo algunas de las ventajas que ofrece la región a quienes huyen de conflictos en sus países de origen.

Esas oportunidades están ampa­radas además en prácticas legislativas en materia de protección de refugiados calificadas por el organismo de la ONU como excelentes.

La hoja de ruta latinoamericana adoptada en diciembre del año pasado en Brasilia, en ocasión del 30 aniversario de la Declaración de Car­ta­gena sobre Refugiados de 1984, propuso nuevos enfoques para las necesidades de estas personas, así como de los desplazados.

El Plan de Acción estipuló, entre otros asuntos, el compromiso de los Gobiernos latinoamericanos y caribeños para solucionar el problema des­de un punto de vista humanitario. La implementación de los programas Asi­lo de Calidad (que incorpora altos es­tándares de protección) y el de Fron­teras Solidarias y Seguras (que aborda las necesidades de personas que residen, transitan o retornan a áreas fronterizas como parte de movimientos mi­gratorios); son ejemplos de la respuesta regional al fenómeno.

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Question for discussion

The refugee crisis, Who is responsible?

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Otro proyecto fue el de Movilidad Laboral, el cual representa un mecanismo novedoso de cooperación y solidaridad que les ofrece la posibilidad de beneficiarse de opciones migratorias existentes dentro de los marcos de integración regional, particularmente dentro del Mercosur.

Dichas políticas surtieron efecto en países como Argentina que presentó en octubre del 2014 el Pro­grama Siria, que facilita la obtención de visados humanitarios para las familias de ese país, así como las palestinas que han sufrido el impacto de la guerra.

Para acogerse al mismo, los emigrantes que buscan asilo deben tener vínculos con la familia acogedora, ya sea de parentesco o de afectividad. Desde su comienzo, más de 100 personas accedieron al programa.

En el caso de Brasil, esta es la nación latinoamericana que más refugiados sirios acogió —2 077— desde el 2011. Actualmente alberga a 1 700 acogidos y otros 4 000 están solicitando asilo, acorde con el Comité Nacional para los Refugiados (Conare), que depende del Ministerio de Justicia brasileño.

Los más de 10 000 kilómetros que separan el epicentro del conflicto con la nación sudamericana, no han sido un impedimento.

Uruguay también se sumó a los programas de ayuda humanitaria. Ba­­jo la presidencia de José Pepe Mu­jica, esta nación organizó la llegada de 42
personas en la primera de dos tandas de 120 refugiados en el 2014. Sin embargo, el actual presidente Tabaré Vázquez anunció recientemente una revisión del proyecto para evaluar el panorama.

Otro país latinoamericano que pretende incrementar su ayuda es Chile. Allí viven solo 10 asilados sirios, por lo que el Gobierno de Michelle Bachelet hizo pública su intención de acoger más. Hasta el momento, serían recibidas entre 50 y 100 familias.

Varios analistas estiman que la respuesta rápida y acertada de Amé­rica Latina a la crisis migratoria se debe a los orígenes de los habitantes de la región.

Cerca de 18 millones de latinoamericanos tienen origen ára­be, en su mayoría inmigrantes que llegaron entre fines del siglo XIX y comienzos del XX.

Estas tierras resultaron atractivas para ellos, al punto que hoy siguen siendo una oportunidad para empezar de nuevo.